Para un día tan especial como hoy (11/11/11) he escogido un poema que conseguí terminar ayer y que llevaba aparcado desde finales de agosto. En condiciones normales lo hubiera borrado hace ya tiempo, pero la idea de este poema me gustó mucho nada más ocurrírseme de modo que ahí ha quedado esperando a un ataque de inspiración que llegó ayer. Estoy francamente contento de haberlo podido terminar. Espero que sea del agrado de todos (1 página)
Sobre la piel de la amada
Me preguntan bajo el sol o la luna,
Entre velas o bajo cientos de estrellas,
Me pregunta una muchacha de piel nacarada y desnuda,
Me pregunta con el mirar del gato que ronronea
Por el amor que derrama la tinta y la pluma,
Por la épica espada y el amor cortés del poeta.
La miré a mi lado
Enroscada como la serpiente al manzano
La miré, y mis ojos la espantaron.
En un susurro se aunaron
Entrechocándose los pensamientos
Mil voces que gritaban,
Un centenar de momentos pasados,
Y decenas de palabras que con alas de sombra y viento
De entre mis labios sin sonar se evaporaban.
Gotas de sudor y aliento prendiendo el aire.
Es sobre el níveo lienzo de la piel palpitante
En el escritorio del improvisado lecho,
Con el sudor y el alma en vilo sobre el seno exuberante
Entre los mil suspiros cargados de aroma, empapados de deseo,
Sólo evaporados entre los rincones del recuerdo…
Adheridos al olor de los cuerpos en las sábanas
El mirar de dos amantes que maldicen la afilada daga del amanecer.
Es en los labios susurrantes que vibran al son de tenues anhelos
Entre las caricias marcadas en la piel, efímeras huellas menudas y diáfanas.
Sólo así tiene sentido escribir amor,
Sólo ahí tienen cabida los versos,
Únicamente entre el tibio y ferviente ardor
De las noches de sexo y silencio sempiterno.
Nada queda en el tintero para quien escribe y describe,
Para quien entiende y comprende,
Nada queda sobre los lienzos de afrodita
Sino para el que siente, padece, sufre canta y vive
Como los propios animales sienten,
Sobre las carnes carmesí las blancas telas de la vida.
-Ignorante- suspiré,
Vete y déjame, lleva contigo los sonetos,
Lleva cuanto no sea piel y pupila, labio y sonrisa
Y entiérralos bajo la fría laguna del barquero
Para que pueda olvidar cuanto es palabra y mentira,
Cuanto hay de hipócrita en el anhelo del falso efebo.
Vete, vete con tu piel y tus espinas, vete y olvida
Olvida, olvida y desconfía de quienes hablan de besos y besan entre versos
Vete, mas no olvides maldecirme por cuantos versos de amor escribiré.
(31/08/11)
PD: siento el comentario tan cutre, pero llevo días pasándome por aquí sin saber muy bien que opinar sobre los post, al menos así demuestro que me paso.
Se agradece el comentario. Cuídate.