Una sombra confiada

Empezamos la semana con un breve poema en honor a una gran serie y a una verdad bastante convincente. Espero que os guste. (1 página)

Una sombra confiada

Las sombras reptan entre las estatuas doradas
Esgrimiendo mentiras de cristal,
Llueven fragmentos de ventanas
Sobre una soñada capital.

Sin distinguir la realidad del sueño
Los ciudadanos caminaban incesantes,
Eficientes en su económico empeño,
Trabajadores automatizados y eficaces.

Mientras tanto las sombras espiaban,
Se metían por los rincones invisibles,
Incoloras mientras caminaban
Sobre la nieve de inviernos incognoscibles.

Pero dejaban huellas.

Cada paso hacía ceder el suelo bajo sus pies,
Una sombra es invisible en la oscuridad
Pero no incorpórea, no ajena a su translúcida tez,
Como una mentira que nadie se atrevió a contar.

Una sombra pierde una apuesta contra una niña ciega
Pues aún si la niña no pudiera verla
Nada podía amortiguar
Los pesados pasos de la sombra sobra la húmeda moqueta.

(13/04/11)


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *