Tras mi periplo por el reino de los ordenadores estropeados, vuelvo a este mundo algo más pobre y algo más mayor, pero igualmente agobiado por todos los exámenes finales que se aproximan y para los que no he empezado siquiera a prepararme. Por lo demás, aquí tenéis un poema como otro que he escrito a lo largo de estos días. (1 página)

Viento y nieve

Sin nieve sobre la acera despoblada,
Al amor de un eléctrico destello
Oigo resonar los pesados pasos en el alma
Al ritmo templado de un frugal anhelo

Sin nieve sobre los tejados
Desnudos ante la sonrisa de la luna,
Siento la afilada mirada de los gatos
Desgarrando el corazón de la noche que se esfuma.

Sin nieve sobre los pesados abrigos,
Recortando siluetas contra las paredes
Veo soplar el viento yermo y frío
Esparciendo cenizas cual rescoldo incandescente.

Sigo tus huellas en la mirada de los extraños
Orbes funestos que narran la reclusión de un sueño
Y la muerte de los enamorados.

Sigo unas huellas que casi parecen tuyas,
Busco a brazo partido, alma y sentidos lacerados
Y suplico que no te escondas, que ya no huyas
Al tiempo que invoco un millar de momentos olvidados.

Sin nieve sobre la que dejar tus pasos,
Sin fuego sobre el que dejar tu huella,
Sin  nieve sobre las álgidas aceras,
Ni fuego, en el interior del corazón de los extraños.

Sólo la ceniza prendida del viento,
Fragmentos de imaginación que sin embargo brillan
Cual alfiler de esmeralda sobre el busto ajeno,
Una vaga ilusión, atrapada tras mi romántica pupila.

(20/12/11)